Escocia es una tierra llena de leyendas. Un paraje inconmensurable para el viajero que ofrece unas vistas y paisajes de excepcional belleza. A eso contribuye indudablemente su prolífico catálogo de castillos. En Escocia hay más de 2000 castillos y fortalezas documentadas. Bien es cierto que no todos responden a los cánones de los castillos castellanos. Por ejemplo, el castillo de Dublín es más un palacio guarnecido en medio de la ciudad que una fortaleza para luchar contra dragones. Pero sí que es un castillo con mucho encanto, como esta selección de los castillos más bonitos de Escocia que recopilamos en nuestro blog viajero.
Castillo de Stirling
En pleno centro de Escocia. Siguiendo el deambular del río Forth. Una fortaleza llama la atención por su emplazamiento, sobre un cono volcánico extinto hace milenios. La particularidad del castillo le viene por su silueta y por los trabajos de reconstrucción a que se ha sometido en los últimos años, al punto de rescatar la estética que se le supone original. Estos alicientes hacen que cada día las visitas sean numerosas, tanto de escolares, como de viajeros que incluyen a los castillos escoceses en sus itinerarios.
El interior del castillo de Stirling rompe con la idea de lúgubre que transmite su exterior. Si sus murallas tienen un aspecto opaco, que contrasta con el verde de la ladera, en el interior los tapices dispuestos en los salones ofrecen un arcoíris de sensaciones.
Castillo de Eilean Donnan
En la entramada red de “fiordos” y canales que supone la costa occidental de Escocia se encuentra uno de los más populares castillos escoceses. Con un atractivo idílico dado su emplazamiento a pie del mar en una isla a la que se accede por un centenario puente. Está considerado como el castillo más bonito de Escocia, si bien, siendo realmente escrupulosos, no se le puede considerar un castillo milenario. El edificio que encandila al viajero es una reconstrucción de las antiguas ruinas del verdadero castillo de Eilean Donnan. No obstante, el lugar y la reconstrucción han hecho de este castillo el emplazamiento y escenario de numerosas películas, entre las que se encuentra una de las versiones más populares de Los Inmortales.
Castillo de Dunrobin
Al norte de Escocia se encuentra otro de los castillos de cuentos de hadas que pueblan estas tierras. El castillo de Dunrobin no suele estar en las rutas viajeras habituales por lo septentrional de su ubicación, si bien, merece la pena la visita. El castillo es original de la Edad Media, aunque la imagen que hoy muestra es el resultado de varias reformas que ha sufrido en los últimos siglos, la última de ellas y más señalada fue en el siglo XIX, cuando el Sir Charles Barry adquirió la propiedad y ordenó crear la red de jardines que embellecen al castillo. Como dato curioso cabe destacar que el patio de armas es el original, y que el último uso antes de su apertura al público ha sido como internado infantil. Por supuesto, como otros muchos castillos escoceses, el castillo de Dunrobin cuenta con su propio museo que hace un repaso por su historia.
Castillo de Edimburgo -Escocia-
El mayor castillo de Escocia es el castillo de Edimburgo. También es el que mayor número de visitas recibe. Y gran parte de esa culpa la tiene no solo el castillo, sino lo que hay tras sus muros. El castillo de Edimburgo hace de caja fuerte y baluarte de las joyas de la corona. Razón que lleva a miles de visitantes a recorrer sus renovados salones y los patios interiores. Lo cierto es que hay que armarse de paciencia para recorrer las estancias, que más valen por el contenido que por el continente. No obstante, también merece la pena las vistas desde la colina que domina a la siempre bullente ciudad de Edimburgo.
Castillo de Ardvreck
El más septentrional de los castillos de Escocia, y también el más pequeño de ellos es el castillo de Ardvreck. Realmente, también se puede decir que es el más auténtico, pues no ha sido objeto de reformas desde que un incendio acabó con él hace varios siglos y le dejó en legado a dos fantasmas, que según la leyenda local, hicieron un pacto con el diablo.
Si por algo merece la pena llegar hasta esta latitud Norte de Escocia no es por el propio castillo de Ardvreck en sí, sino por el paisaje que ayuda a componer y que es una de las más idílicas estampas de escocesas, no es vano estamos ante uno de los castillos más bonitos de Escocia -o al menos, lo que queda de él-.